“Pick Me Girls”: Cuando Los Patrones De Secundaria Se Arrastran A La Vida Adulta

06/02/2025

Llevo tres décadas trabajando con niñas, adolescentes y mujeres adultas en el mundo de la formación en imagen, modelaje, asesoría personal, comunicación y entrenamiento para concursos de belleza. En todo este tiempo, he sido testigo de cómo ciertos patrones de conducta se repiten en diferentes etapas de la vida.

Uno de ellos es lo que hoy llamamos “Pick Me Girl”: esa actitud en la que una mujer busca constantemente la validación de los demás, sobre todo de los hombres, a costa de su autenticidad e incluso del respeto hacia otras mujeres.

Es un comportamiento que siempre he visto aflorar en la adolescencia, una etapa natural de búsqueda de identidad. Sin embargo, lo que me sigue sorprendiendo es encontrarlo tan arraigado en mujeres adultas, incluso profesionales, donde uno pensaría que ya deberían haberse superado ciertos patrones de inseguridad o rivalidad.

Por eso, hoy quiero reflexionar sobre este fenómeno y por qué es importante ser conscientes de su presencia, para evitar que siga marcando nuestras relaciones y nuestro bienestar personal.

¿Qué es exactamente una “Pick Me Girl”?

Es un patrón de comportamiento (no una identidad fija) en el que la persona, por necesidad de aceptación o aprobación, adopta actitudes como:

  •  Buscar ser el centro de atención en cualquier contexto.
  • Compararse constantemente con otras mujeres, muchas veces desacreditándolas.
  • Hablar mal de otras mujeres para destacar o agradar al entorno (especialmente masculino).
  • Apropiarse o imitar el comportamiento de otras personas para ser aceptada.
  • Tener baja autoestima, camuflada bajo una aparente seguridad o seducción.
  •  Intentar agradar a toda costa, incluso con actitudes forzadas o incoherentes con su personalidad real.

Un comportamiento que también me ha llamado mucho la atención en los últimos años es el de mujeres adultas que se obsesionan con formar “amistades forzadas” o “compinches” con otras mujeres. Buscan a toda costa ser la “mejor amiga” de alguien, incluso cuando no hay una conexión genuina, llegando a invadir espacios personales o establecer vínculos tóxicos, cargados de dependencia emocional.

Este tipo de relaciones suelen nacer también de una necesidad de validación y de un temor a la exclusión social. En el fondo, no es amistad auténtica, sino un intento de “ser elegida” o de construir una falsa sensación de pertenencia.

¿Por qué persisten estas conductas en la adultez?

Según el psicólogo estadounidense Dr. Craig Malkin, experto en autoestima y relaciones interpersonales, “las personas que dependen excesivamente de la validación externa para definir su valor personal tienden a reproducir patrones relacionales disfuncionales a lo largo de la vida, si estos no se trabajan conscientemente”.

En otras palabras, cuando una mujer ha crecido creyendo que su valor depende de ser “elegida” o de agradar a los demás (en vez de construirse desde su propio autoconcepto y autenticidad) es muy probable que siga actuando bajo ese guion incluso en entornos profesionales, sociales o familiares en la adultez.

Además, la cultura de la competencia femenina, reforzada durante décadas por ciertos mensajes sociales, no siempre fomenta la solidaridad entre mujeres, sino que puede dejar residuos de rivalidad y necesidad de comparación que se arrastran hasta edades maduras.

Señales frecuentes en mujeres adultas:

  • En reuniones sociales o laborales, buscan atraer el foco constantemente, aunque sea fuera de contexto.
  • Interrumpen o descalifican a otras mujeres de manera sutil (o no tan sutil).
  • Mimetizan comportamientos ajenos que perciben como exitosos, en vez de mostrar su autenticidad.
  • Acuden a la crítica o burla hacia otras mujeres para “ganarse” simpatías de los hombres del entorno.
  • Fomentan vínculos de amistad forzada, con actitudes invasivas o controladoras hacia otras mujeres.
  • Pueden presentar una necesidad excesiva de aprobación en redes sociales (sobreexposición, búsqueda compulsiva de likes, comentarios seductores).

¿Qué hay detrás de este comportamiento?

  • Baja autoestima no trabajada.
  • Inseguridad personal y falta de autoconocimiento.
  • Modelos relacionales disfuncionales aprendidos en la infancia/adolescencia.
  • Miedo al rechazo y necesidad constante de validación externa.

Como señala la psicóloga clínica Dr. Ramani Durvasula, experta en dinámicas de autoestima y relaciones:

“Cuando una persona vive en función de la aprobación ajena, su autenticidad queda diluida y corre el riesgo de entrar en ciclos de dependencia emocional que la alejan de su verdadero bienestar.”

¿Qué podemos hacer frente a este fenómeno?

Observar sin juzgar: Muchas mujeres no son plenamente conscientes de estos patrones. Se trata más de heridas emocionales no sanadas que de “maldad” o “envidia”.

Trabajar la autoestima y el auto concepto: El verdadero antídoto a la conducta Pick Me es fortalecer la propia seguridad interior, reconocer nuestro valor más allá de la validación externa.

Fomentar la sororidad y el respeto genuino entre mujeres: Construir entornos donde la colaboración prime sobre la competencia superficial.

Practicar la autenticidad: Cuando somos coherentes con quienes somos, no necesitamos “gustar” forzadamente ni competir con nadie.

El fenómeno de la «Pick Me Girl» no es exclusivo de la adolescencia; puede camuflarse en mujeres adultas que no han sanado sus inseguridades. Ser conscientes de este patrón es un primer paso para promover relaciones más sanas, auténticas y respetuosas.

Recuerda siempre: no necesitas ser elegida por los demás. El camino empieza por elegirte a ti mismas primero.

Foto de portada: @zoomphotop

Sobre la autora:

Tania Hyman es licenciada en mercadotécnia,  agente e instructora de modelos, coach en comunicación e imagen, fundadora de Tacones Bien Puestos y Tania Hyman’s Models & Talents hoy día Tania Hyman Agency. Es autora de dos libros: «Que te atiendan y te entiendan» y «Sácale partido a una vida bien vivida».

 

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1 Comentario

  1. Grace gonzalez

    ExCelente articulo! Deberia ser un libro by Tania Hyman, porque este fenomeno si es real y de verdad que se vive a flor de piel en mujeres adultas. Muchas dejan de tener identidad propia para querer parecerse y compararse con otras, se crean un espejo imaginario de competencia, perdiendo la oportunidad de saber el potencial de ellas mismas.

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