Cuando me hago un manicure normal es un poco frustrante así que se imaginan lo contenta que me puse al descubrir el esmalte de uñas permanente. Consiste en un sistema de aplicación rápida sin secado y de larga duración que nos permite tener unas manos perfectas durante aproximadamente tres semanas. ¿Te imaginas 3 semanas?
Además no hay necesidad de retoques y no se degrada ante los típicos quehaceres domésticos como otros esmaltes que se despegan al limpiar, fregar, etc.
Con el esmaltado normal, a la semana o incluso antes, se te empieza a descascarillar el esmalte. El permanente sin embargo, sigue intacto durante dos semanas o más. Lo máximo ¿no es asi?
Pero no todo es color de rosa. Existen ciertas desventajas de la manicura permanente. Cada una tiene su propia experiencia. Estas son algunas de ellas:
- Empecemos por el costo: por lo general estos esmaltes permanentes son algo más caros que los habituales.
- Una vez abiertos, caducan y se secan con gran rapidez.
- Debilitan la uña, así que no hagan como yo, que los comencé a utilizar en forma habitual.
- Si necesitas quitarte este esmalte antes de tiempo, debes depender del lugar o manicurista que te realizó el trabajo, ya que los quitaesmaltes tradicionales no sirven y menos la acetona.
- La técnica utilizada para retirar este esmalte deshidrata la uña.
Con esto, no digo que no es bueno realizarse la manicure permanente. Simplemente limítala a ocasiones especiales: por ejemplo si te vas de viaje por dos semanas, resulta ideal desconectarse y tener unas manos impecables durante todo el viaje.
Por último, les dejo una solución para cuando las uñas queden blandas ya sea por esmalte permanente, de gel o acrílicas:
Fortalece tus uñas con alimentos ricos en proteínas, cápsulas de vitamina E en la crema hidratante que uses para manos y uñas. También las puedes mojar en aceite de oliva.
Foto: Tete Olivella
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