Las perlas, esas piedras que nos regala el mar, y que tienen su origen en las conchas de los moluscos, son el accesorio ideal para cualquier ocasión, de día o de noche, en ambientes casuales o formales. Son para todo tipo de mujer, desde la más joven hasta la de mayor edad, y aportan su elegancia inigualable a cualquier silueta.
Actualmente, el valor de las perlas ha disminuido, debido a que la mayoría de ellas son cultivadas, aunque el toque de distinción y elegancia que profieren permanece inalterable. Son aconsejables para aquellas personas que piensan que adornarse con joyas de plata u oro no responde a su tipo de personalidad o simplemente para proyectar buen gusto y sentirse bien en cualquier ocasión.
Las perlas son una de las piedras preciosas más delicadas dado que no son tan duras como las piedras preciosas de origen mineral. Por ello, si quieres que tus perlas conserven su brillo y valor, he aquí algunos consejos para el cuidado de las mismas:
1. La grasa de tu piel ayuda a mantener las perlas húmedas, así que el agua jabonosa es innecesaria para limpiarlas.
2. Nunca limpies las perlas con algún tipo de solvente o abrasivo. Lo mejor es cuidarlas limpiándolas con un paño suave, como los usados para los anteojos.
3. Los cosméticos, perfumes, maquillajes, cremas y laca para el cabello tienen productos químicos que dañan el brillo de la perla incluso si es falsa. Por lo tanto, ponte tus perlas de último, después de haberte aplicado estos productos. Este consejo se aplica para todos los accesorios.
4. Mantén tus perlas separadas de otras piezas de joyería más pesada para prevenir astillas y rayas. Guárdalas dentro de una bolsita de tela suave o en un joyero forrado de terciopelo o de tela.
5. Los expertos recomiendan encordar las perlas por lo menos cada cinco años ya que las cuerdas se deterioran y pueden romperse si no se han cuidado.
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