«¿Cuándo desaparecerán los chismosos y murmuradores? Cuando no haya quien les preste atención alguna…”
Les apuesto a que alguna vez han dicho “no me gusta el chisme pero me entretiene”… A todos nos ha tocado ser tanto víctimas como participantes de un rumor que por su carácter picante o divertido hemos repetido sin medir las consecuencias.
Pero, existen individuos que han elevado el arte del chisme hasta niveles insospechados. Para ellos es un elemento indispensable de su diario vivir. El verdadero chismoso se pasa la vida regando, murmurando, agrandando, inventando, difamando o exagerando un hecho del que no tiene pruebas fehacientes. Al repetir la sensacional “noticia”, lo multiplica con fuegos artificiales y efectos especiales y a mayor daño infligido, mayor satisfacción para el fabricante del rumor.
Y ahora con esta maldición y bendición de las redes sociales, los chismosos o bochinchosos, con tal de entrometerse en los pliegues más íntimos de la vida del vecino, gastan y desperdician más tiempo de lo que les costaría realizar diez buenas acciones. Todo esto lo hacen gratuitamente, por el único placer de satisfacer su curiosidad o generar aunque no reciben mayor beneficio que hacerles daño a los demás. Por lo general son personas que no alcanzan sus metas en la vida y tal vez debido a sus frustraciones obtienen grandes satisfacciones destruyéndole la reputación a una persona.
Preguntan, indagan, cavilan, se inventan una cantidad de cosas que nada tienen que ver con el interesado y les encanta pescar en rio revuelto. ¿Por qué? Por ociosos. ¿Para qué? Para nada. Por la pura satisfacción y picazón de poder murmurar, por el morbo de meterse donde nadie les llama a ver qué encuentran o simplemente para llamar la atención. Es curioso, pero los rumores tienden a cobrar vida frecuentemente cuando un determinado grupo está en “petit comité”. Pareciera que existe una retroalimentación negativa por el solo hecho de estar juntos.
Existen personas que no pueden empezar una frase sin decir: ¿ya se enteraron? “No es por criticar, pero…”. ‘A que no te imaginas lo que me acaban de decir”.”Les voy a contar algo pero me reservo el nombre”, “Te voy a contar un secreto, pero por favor, prométeme que no se lo vas a decir a nadie”. Uyyy a esta clase de personas se les quema la lengua por contar a los demás lo que a nadie le importa.
Recuerdo que mi antiguo jefe me decía “preocúpate el día que no hablen de ti” ¿será esto cierto? Por más que uno trate de ignorar los comentarios malintencionados de los demás, es un hecho que en un grado mayor o menor causan un efecto negativo, siembran una duda que es difícil de aclarar y enturbian la imagen que queremos presentar ante los demás, sobre todo los que no han tenido la oportunidad de tratarnos personal o íntimamente.
Con las redes sociales, los juicios a priori están a la orden del día y con el lema “donde el río suena porque piedras trae” el chismoso no debe esforzarse mucho para repartir su veneno. Yo fui objeto de una gran calumnia hace meses fabricada por una persona sedienta de atención y abundantes frustraciones personales. Afortunadamente no tuvo consecuencias mayores, pero por unos días la pasé muy mal siendo injustamente juzgada por personas que ni me conocían, y por otras que se jactaban de conocerme y se decían amigas y hablaron muy mal a mis espaldas. Agradezco la experiencia porque me hizo quitarle la máscara a mas de cuatro y me dió la oportunidad de “limpiar la casa”.
Pero, es admirable ver que todavía hay personas cuyos labios están blindados por la discreción y la reserva. Que no juzgan a su prójimo, no condenan a priori, comprenden y disculpan porque saben que el honor de toda persona es sagrado.
Sería un error pensar que los actos de un chismoso se deben a su inmadurez o falta de cultura porque los maduritos y los cultos también practican ese “deporte”. Tampoco es del dominio de las mujeres como los caballeros quisieran hacernos creer. Todos conjugamos en algún momento el verbo “chismear” o “bochinchear” en todos los tiempos.
La próxima vez que vayan a contar “noticia sensacional”, recuerden que “la pluma tiene más poder que la espada, pero ninguna de las dos tiene más poder que la boca”.
Es cierto que “el bochinche entretiene” pero por lo menos, antes de repetir algo, traten de verificar su veracidad y en caso de duda o ante la certeza del daño que van a causar a la reputación de alguien, mejor no decir nada porque como reza el dicho “calladitos nos vemos más bonitos”.
Y Ud. que no tiene vida propia porque está siempre en la de los demás para tratar de destruirlos con sus chismes, ¿se ha preguntado a veces qué es lo que lo motiva? ¿será ocio, envidia, baja autoestima o todo lo anterior?.
Notas actualizadas, extraidas de mi cuenta de Facebook.
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