El jumpsuit, una de mis piezas favoritas, ha estado presente por varias temporadas. Se remonta a la década de los 20 y luego reaparece en los años 60 pero su gran auge fue en las décadas de los 70 y 80.
El mono, overall, onesie, playsuit como también se le conoce, tiene un origen práctico dado que fue concebido como ropa de trabajo hace más de un siglo. Es una prenda de una sola pieza compuesta por una blusa o camisa unida a un pantalón y regresó en el 2014 para seguir manteniéndose en vigencia.
Los grandes diseñadores de moda han incluído esta pieza en sus colecciones como lo hizo Yves saint Laurent en 1968. Tom Ford, Valentino, Michael Kors, Victoria Beckham, para citar algunos, los han incluido en sus recientes presentaciones.
Este “must have” viene en versiones de pantalones largos y cortos; con mangas y sin mangas, con botones, zippers o cremalleras, atrevidos o discretos y en todo tipo de telas. Los hay de uso diario, de vestir y también muy elegantes.
Es muy favorecedor porque resalta la figura pero ojo con tus proporciones:
- Si eres rellenita opta por un jumpsuit con un “look” más deportivo y preferiblemente compra uno de talla más grande.
- Si tienes caderas anchas, los de pinzas y corte recto son ideales.
- Si tus muslos son gruesos, las telas suaves como el algodón y la seda son los más favorables y con corte ancho en la parte del pantalón.
- Si eres bajita no te recomiendo esta opción a menos que sea un jumpsuit de pantalón corto donde se pueden ver más tus piernas. La excepción será si tu contextura es más bien delgada, pero de telas lisas o con pequeños estampados.
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